
Con toda la familia a bordo, viajamos hasta Barcelona.
Será un recorrido urbano donde los niños van a buscar ¡animales de piedra! Y no
hablamos sólo de fantasía. La ruta está perfectamente organizada: comienza en
el corazón de Barcelona, en el Barrio Gótico y termina en la Casa del Dragón de
la Plaza de la Boquería, en plena Rambla.
Verdaderamente parece un cuento. La
imaginación de nuestros antepasados les llevó a esculpir numerosos animales en
las fachadas de las casas de aquella Barcelona. ¿Quién será el primero en ver,
y por qué no dibujar, una tortuga, un mono, un elefante? Mientras Barcelona abre
a la familia una ventana mágica, de vuelta a casa en nuestro Grand Voyager cada
uno podrá disfrutar de un helado o pastel. Gracias a la tapicería antimanchas,
papá no tendrá que preocuparse de que comamos en el coche.
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