En el siglo XIX Santander, se convirtió en destino elegido por aristócratas para pasar sus vacaciones de verano. Su bahía, considerada una de las más bellas del mundo, ofrece infinitas atracciones para disfrutar con toda la familia; el espectacular campo de Golf de Mataleñas situado entre acantilados, el carril bici que recorre la costa, magníficas playas para practicar surf, vela y submarinismo o simplemente un maravilloso paseo por el Sardinero, en donde los más pequeños, podrán descubrir innumerables secretos como el antiguo corner del viejo estadio del Racing, en el Parque Mesones.

De vuelta a casa en nuestro Grand Voyager, la diversión continúa: su sistema multimedia de 30 Gigas nos permitirá ver los videos y fotos de los mejores momentos del día.

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